Muchas personas constatan que sus hábitos de sueño cambian en el transcurso de su vida. Este es un cambio completamente natural y depende tanto de la edad como de las fases vitales por las que pasa una persona. Los bebés duermen entre 16 y 24 horas al día. Los adolescentes de en torno a 14 años duermen de media entre 8 y 9 horas, mientras que las personas de 70 años pasan en la cama entre 6 y 7 horas.
En la mayoría de los casos disminuye la duración de la fase REM, es decir, se sueña menos. Esto se debe, entre otras cosas, a que a medida que envejecemos ya no vivimos tantas novedades que se reflejarían en nuestros sueños.