Nuestro sueño consta de varias fases que siempre se desarrollan en el mismo orden y que se repiten entre cinco y siete veces cada noche. Cuando nos quedamos dormidos el pulso, la frecuencia respiratoria y la presión arterial se estabilizan y se uniformizan; la actividad cerebral varía.
Consejo para dormir.
Sueño ligero: El sueño ligero se divide en dos fases: La primera fase es muy breve y apenas dura 10 minutos. En ella los músculos se empiezan a relajar y realizan un movimiento de pequeñas sacudidas. En la segunda fase los músculos están relajados. El sueño ligero supone como media el 50 % del tiempo que dormimos. En esta fase del sueño quien está durmiendo reacciona muy fácilmente a estímulos externos, es decir, se despierta con rapidez.
Sueño profundo: Aquí la respiración es muy uniforme y el pulso se ralentiza. Los músculos se relajan. Resulta difícil despertar a quien está dormido, ya que su cuerpo está reponiéndose.
Sueño REM: Cada 60-90 minutos se entra en la fase de sueño REM ("Rapid Eye Movement"): Los ojos se mueven rápidamente, el cerebro está muy activo (muchos sueños), la respiración es irregular y los músculos están especialmente relajados. El lapso de tiempo de las acciones que realizamos en un sueño se corresponde más o menos al tiempo real. Cuando una acción con la que soñamos se prolonga durante un tiempo, quien sueña continúa la acción como si se tratara de una serie televisiva. Teniendo en cuenta un tiempo de vida medio, pasamos unos seis años soñando. Tan solo cinco minutos después de levantarnos hemos olvidado el 50 % de nuestros sueños; transcurridos diez minutos, el 90 %.