Utilización de la medición pulsioximétrica.

¿Quién precisa una medición pulsioximétrica de la saturación de oxígeno?

El ámbito de utilización de la pulsioximetría va desde los deportistas de alta competición hasta las personas dependientes con enfermedades crónicas.

Utilización en personas enfermas

Muchas personas padecen enfermedades crónicas o agudas de las vías respiratorias. La cantidad de enfermos de asma asciende a casi 100 millones en todo el mundo. Las afecciones de las vías respiratorias suelen ir acompañadas de una saturación baja de oxígeno. La medición pulsioximétrica desempeña una función importante, especialmente en este grupo de pacientes. Entre las enfermedades cabe mencionar el asma bronquial, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC), fibrosis pulmonar, enfisema pulmonar (agrandamiento de los espacios aéreos distales) y edema pulmonar. Todas estas enfermedades precisan de tratamiento médico. El pulsioxímetro PO 80 de Beurer registra los valores medidos para que el médico pueda evaluarlos más tarde. Asimismo, en pacientes con una debilidad cardiaca avanzada (insuficiencia cardiaca) medir la saturación de oxígeno de las arterias reviste una importancia capital. Los resultados de la medición permiten, entre otras cosas, controlar la necesidad de una liberación de oxígeno o bien evaluar la necesidad de tomar estas medidas. En principio, todos los cambios que se produzcan en la saturación de oxígeno, en particular cuando dichos cambios impliquen valores inferiores a un 90 %, deben consultarse inmediatamente con un médico. Una detección precoz con el pulsioxímetro puede hacer ganar un tiempo muy valioso.

Utilización en personas sanas

En personas sanas la utilización de un pulsioxímetro se recomienda cuando el nivel de oxígeno del aire ambiente sea bajo o pueda serlo. Este suele ser el caso, sobre todo, cuando se realiza alguna actividad a gran altura, como los deportes alpinos, los viajes a zonas de alta montaña o los deportes aeronáuticos. En estos entornos, una saturación de oxígeno baja puede afectar a la salud ya que, a gran altura, la saturación de oxígeno debe interpretarse de otra forma. En las zonas de gran altitud, por ejemplo a 1600 metros por encima del nivel del mar, una saturación de oxígeno de entre un 92 y un 94 % es normal.